Es que me hiciste sueño. Me hiciste inaprehensible e inalcansable, inabarcable.
Soy sueño vaporoso que besas en tu cabeza pero cuyos labios ni siquiera has rozado. Soy tu esa otra vida, la que imaginas y no vives, la que añoras y que sin embargo no persigues. Soy tu otra vida, la que vives en secreto, la que vives dentro y no fuera. Soy yo tu vida imagen y no cuerpo, la que ves y no tocas, la que se desvanece apenas acercas las manos.
Soy humo en tus sueños, soy agua de lluvia que incesante cae, que te moja pero que finalmente se va. Soy agua que eres incapaz de retener, soy humo que eres capaz de coger, soy nube inalcanzable, soy cielo inabarcable. Soy sueño profundo del que sólo un golpe repentino te despierta, del que sólo la más repentina realidad te despierta.
Soy tu otro yo atrapado, tu otro yo antiguo, de tiempos remotos, lejanos, pasados. Soy producto de la nostalgia que sientes por una vida nunca realizada y así me tienes y así me llevas, como el fruto de un deseo jamás probado y al que ya no aspiras. No de menos en la realidad, porque en tus sueños siempre. Siempre pasado presente. Siempre la idea, el camino hacía la idea jamás realizada, nunca verdadera. Así me conservas, congelada, enjaulada. Así me has hecho: vaporosa, escurridiza. Así me has dejado: abandonada, empolvada, reducida a lo que nunca fue, no será, ni es.
Soy pasado, presente y futuro, aún cuando nunca haya sido, aún cuando no sea ni llegue a ser.
Soy sueño vaporoso que besas en tu cabeza pero cuyos labios ni siquiera has rozado. Soy tu esa otra vida, la que imaginas y no vives, la que añoras y que sin embargo no persigues. Soy tu otra vida, la que vives en secreto, la que vives dentro y no fuera. Soy yo tu vida imagen y no cuerpo, la que ves y no tocas, la que se desvanece apenas acercas las manos.
Soy humo en tus sueños, soy agua de lluvia que incesante cae, que te moja pero que finalmente se va. Soy agua que eres incapaz de retener, soy humo que eres capaz de coger, soy nube inalcanzable, soy cielo inabarcable. Soy sueño profundo del que sólo un golpe repentino te despierta, del que sólo la más repentina realidad te despierta.
Soy tu otro yo atrapado, tu otro yo antiguo, de tiempos remotos, lejanos, pasados. Soy producto de la nostalgia que sientes por una vida nunca realizada y así me tienes y así me llevas, como el fruto de un deseo jamás probado y al que ya no aspiras. No de menos en la realidad, porque en tus sueños siempre. Siempre pasado presente. Siempre la idea, el camino hacía la idea jamás realizada, nunca verdadera. Así me conservas, congelada, enjaulada. Así me has hecho: vaporosa, escurridiza. Así me has dejado: abandonada, empolvada, reducida a lo que nunca fue, no será, ni es.
Soy pasado, presente y futuro, aún cuando nunca haya sido, aún cuando no sea ni llegue a ser.